(Strange Days)
dir. Kathryn Bigelow
USA 1997
El mundo está a punto de traspasar el milenio: de 1999 al 2000. Estamos en Los Angeles y la agitación social es máxima, sobre todo entre negros y blancos. Lenny (Ralph Fiennes) es un ex policía reconvertido en traficante de chips de realidad virtual que contienen experiencias extremas.
El argumento con la excusa de las experiencias extremas y posible complicación en crímenes reales es válido, o lo era. Pero después de todos estos años, el argumento está pobremente desarrollado, y las interpretaciones son lo peor: se nos aparecen muy forzadas y poco creíbles, todas las subtramas son demasiado tópicas y esa especie de confusión y atolondramiento en la narración, solo sirve para disfrazar un producto muy mal cocinado.
Casi no comprendo el por qué me gustó tanto en su día y me había dejado un recuerdo tan positivo. Me quedó, casi, como una película de culto, pero revisada ahora soporta tremendamente mal el paso del tiempo.
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